jueves, 7 de septiembre de 2017

RELAJACIÓN: LAS EMOCIONES A TRAVÉS DE MANDALAS.

Antes de bajar a nuestra Aula Zen, les pedimos a los niños que cojan estos seis colores:
amarillo, azul, rojo, negro, verde y rosa.

Son los colores que representan las emociones, según el libro "El monstruo de los colores" de Anna Llenas, que hemos trabajado ya en el colegio.

Después de las respiraciones que realizamos siempre para prepararnos antes de entrar en el aula, los niños van eligiendo cada uno un mandala y se van sentando en el suelo.

Una vez que están todos colocados, con los colores en el suelo y relajados, les pedimos que cierren los ojos y piensen en algo que les dé miedo. A continuación, abren los ojos, cogen el color negro y, adoptando una posición cómoda, se ponen a colorear en el centro del mandala, pensando en eso que les da miedo, intentando plasmar ese miedo en el dibujo, para que salga para fuera, para expulsarlo de su mente. Cada niño para cuando ya ha plasmado sus miedos, según van terminando, se apoyan en el suelo y miran el dibujo. 


Vamos a darle tres minutos para que dibujen con cada color.

Pasados esos tres minutos, cierran los ojos de nuevo y les decimos que piensen en algo que les enfade mucho. Cogemos el color rojo que es el que representa el enfado y les pedimos que abran los ojos y pinten también por la parte central del mandala, para sacar hacia afuera todos los sentimientos negativos que tengan.

Procedemos de la misma manera con el color azul, que representa la tristeza.

Con los tres colores que quedan, en lugar de sacar esas emociones, de colorear de dentro hacia fuera, vamos a hacer lo contrario, meter de fuera para dentro. Sacamos las emociones negativas y metemos las positivas. Así, meteremos la alegría, de color amarillo; la calma, representada por el color verde y, por último, el amor, para el que cogen el color rosa.

Les explicamos que no pasa nada si quedan espacios en blanco, sin colorear, porque hay muchas emociones que aún no conocen.

Los resultados son muy significativos para comprobar el estado de ánimo de los niños y ver su interior.


Como podemos ver, aquí hay un predominio de la tristeza, del color azul. Hay amor, miedo y endado, poquita alegría y nada de calma.


En este otro dibujo, sin embargo, hay predominio de la calma, el amor y la alegría. Apenas hay miedo y enfado.

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