sábado, 19 de noviembre de 2016

RELAJACIÓN: "IMAGINAR PAISAJES"

Esta sesión la vamos a dedicar al juego de imaginar paisajes.


Todo está preparado: la luz tenue, la música, el aroma.


El aroma elegido es: ylang-ylang o flor de cananga, planta nativa de Filipinas e Indonesia.

Como siempre, comenzamos la sesión con tres respiraciones. Esta vez, al inspirar alzamos los brazos por encima de la cabeza, con los dedos de las manos entrelazados; al exhalar bajamos los brazos.



A continuación, nos arrodillamos, con la cabeza apoyada en el suelo, el cuerpo bien bajo y los brazos extendidos a lo largo del cuerpo.

Preparamos nuestra mente para el juego de imaginar paisajes.

Nos tumbamos en el suelo boca abajo. Giramos la cabeza hacia un lado y doblamos la pierna del lado contrario.


Volvemos a respirar. Una vez relajados, nuestra mente ya está preparada para imaginar. Nos ponemos en la postura en la que nos sintamos más cómodos.

Advertimos que todo lo que vamos a decir va a suceder en nuestra cabeza, en nuestra mente, que no tenemos que mover el cuerpo.

Comenzamos diciendo que nuestra cabeza ahora es un folio en blanco y que vamos a pintar. 

Nos vamos a concentrar en la respiración. Vamos a echar un vistazo a nuestro cuerpo y le vamos a ir nombrando todas las partes del cuerpo para que se relajen.

Arropamos a los niños para que no se queden fríos.


Cuando ya hemos relajado todas la partes, comenzamos a pintar en ese folio en blanco unas montañas. Están todas cubiertas de bosque. Son verdes.

Continuamos añadiendo flores de colores..., mariposas revoloteando... Nosotros ahora somos una de esas mariposas, nuestro cuerpo no pesa, vuela. Nos posamos en aquella flor amarilla del fondo, que nos da las gracias por visitarla; en aquella otra azul que, tímida, sonríe porque le hacemos cosquillas,...

Imagina ahora que eres una flor, tus pies hundidos en la tierra, tus brazos son los pétalos. Siente el calor del sol. A veces, el viento te mueve suave...

Volvemos a nuestro cuerpo, y continuamos pintando en nuestro paisaje un lago con agua clara y cristalina. Hace calor y nos metemos en él. Tu cuerpo se mece con el movimiento del agua. Las mariposas revolotean sobre ti. Con su aleteo te refrescan y, entre todas te llevan a dar un paseo por encima del paisaje que tú has creado. Al fondo, en las montañas, podemos ver un castillo donde dicen que viven unas hadas, pero... eso será otro día. Ellas te estarán esperando.

Invitamos a los niños a que, cuando quieran, pueden jugar al juego de inventar paisajes, solo tienen que coger una hoja en blanco y pintar lo que quieran.

Va siendo hora de volver. Poco a poco, vamos abriendo los ojos y moviendo el cuerpo muy despacio. Nos desperezamos.

Al terminar, echamos en un pañuelo de papel unas gotitas del aroma que estamos oliendo y lo guardamos en un bote. Lo llevamos a nuestra clase para poder recordar la sesión. 

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